Es un signo que generalmente se asocia a equimosis periorbital en consecuencia a un evento traumático y posterior acumulación de sangre circundante a los ojos posterior. Suele aparecer entre el día 1 al 3 de la eventualidad. Está indicado visitar al profesional de la salud para valorar si se trata de una lesión superficial o, por el contrario, de manejo y tratamiento riguroso como una fractura, por ejemplo. Por otro lado, enfermedades como el lupus y la dermatosis neutrofílica febril también podrían asociarse a dicha manifestación.

En cualquier caso, visítanos para consultar y atender tu eventualidad.